Un nuevo estudio realizado por investigadores de Intermountain Health en Salt Lake City analizó el efecto de la suplementación con vitamina D3 en personas que ya habían tenido un ataque cardíaco y concluyó que esta puede reducir el riesgo de un segundo ataque a la mitad.
El mismo se presentó en las Sesiones Científicas 2025 de la American Heart Association y sus resultados aún no han sido publicados en una revista revisada por pares, pero han recibido bastante difusión en medios especializados.
Se nos recuerda que la vitamina D es importante para mantener la salud ya que contribuye a la salud ósea, influye en el sistema inmunitario y favorece el funcionamiento muscular y nervioso.
Estos investigadores examinaron más de cerca cómo la vitamina D puede afectar la salud cardíaca, ya que estudios observacionales previos encontraron que niveles bajos se asocian con una mala salud cardiovascular, pero los resultados de ensayos clínicos han sido mixtos.
Realizaron un nuevo ensayo en personas que ya habían tenido un ataque cardíaco. Monitorearon los niveles de vitamina D en sangre y ajustaron las dosis para mantener niveles óptimos durante el estudio.
El tratamiento redujo a la mitad el riesgo de un segundo ataque cardíaco en comparación con quienes no recibieron suplementación.
Enfoque en las necesidades individuales de vitamina D3 para proteger el corazón
Según la Food and Nutrition Board de Estados Unidos, los adultos de 18 a 70 años deben consumir 600 Unidades Internacionales (UI) de vitamina D al día.
Se puede obtener vitamina D3 al exponerse al sol, mediante suplementos y alimentos como cereales y leche fortificados, y de forma natural en pescados grasos (salmón, atún y caballa).
La deficiencia de vitamina D puede ocurrir por falta de exposición al sol, dieta inadecuada o ciertas condiciones médicas. Los médicos pueden detectarla mediante un análisis de sangre y recetar dosis altas de vitamina D3.
Los investigadores, por su parte, están cada vez más interesados en los posibles beneficios cardíacos de la vitamina D3. En este estudio, se enfocaron en si un tratamiento personalizado podría ayudar a quienes ya han tenido un ataque cardíaco.
Estos señalaron que los resultados inconsistentes de estudios previos podrían deberse a que se administró la misma dosis a todos los participantes. Por ello, decidieron ajustar la suplementación según las necesidades individuales en lugar de usar un enfoque uniforme.
La edad promedio de los participantes en el ensayo TARGET-D fue de 63 años, y la mayoría de los 630 participantes eran hombres. Se inscribieron dentro del mes posterior al ataque cardíaco. El grupo de control se seleccionó aleatoriamente, así como quienes recibirían el tratamiento personalizado con vitamina D3.
Al inicio, el 87% tenía niveles bajos de vitamina D. Se administró una dosis inicial alta de 5,000 UI a casi el 60% de los participantes.
Los investigadores monitorearon los niveles durante el ensayo para mantenerlos en el objetivo. Si los niveles bajaban, se ajustaba la suplementación.
Se registraron eventos cardiovasculares importantes: muerte, ataque cardíaco, hospitalización por insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.
Aunque no hubo diferencias significativas en el total de eventos cardíacos, el grupo con tratamiento personalizado tuvo la mitad de ataques cardíacos recurrentes que el grupo de control. La tasa de ataques cardíacos recurrentes fue del 3.8% en el grupo tratado frente al 7.9% en el grupo control, se informó.
En general, se indica, los resultados sugieren que la suplementación personalizada con vitamina D3 no reduce todos los eventos cardíacos importantes, pero sí disminuye el riesgo de ataques cardíacos repetidos en más del 50%.
El equipo planea realizar un ensayo clínico más amplio para confirmar estos hallazgos.
