Las mujeres logran igual o mayor protección contra la enfermedad coronaria y la muerte con mucho menos ejercicio que los hombres, sugiere una nueva investigación.
En este reciente estudio, publicado en la revista Nature Cardiovascular Research, los investigadores analizaron las diferencias entre sexos en las asociaciones entre la actividad física (AF) y el riesgo de incidencia de enfermedad coronaria (EC) y mortalidad por todas las causas.
La muestra se obtuvo del Biobanco del Reino Unido. Aproximadamente 103.695 individuos proporcionaron datos semanales de acelerometría mediante un dispositivo portátil.
Se excluyeron individuos con tiempo de uso insuficiente, valores de aceleración inverosímiles, mala calibración, datos faltantes de covariables y aquellos que desarrollaron EC durante el período de uso. Así, se incluyeron 80,243 participantes sin EC para evaluar el riesgo de incidencia y 5,169 individuos con EC establecida para determinar la mortalidad por todas las causas.
Se derivaron las siguientes medidas: cumplimiento de las recomendaciones estándar (150 min/semana), la recomendación extendida de la OMS (300 min/semana) y el número de días que se cumplieron estas recomendaciones.
Los resultados recogieron la incidencia de EC en la población libre de EC y la muerte en la población con EC. Se utilizaron modelos de riesgos proporcionales para evaluar asociaciones específicas por sexo y probar interacciones. También se evaluaron asociaciones dosis–respuesta y relaciones no lineales entre la duración de AFMV (actividad física de moderada a vigorosa) y los resultados de EC. Los modelos se ajustaron por covariables demográficas, de estilo de vida y clínicas, incluidas puntuaciones de riesgo poligénico, y se validaron mediante análisis de sensibilidad
En el análisis de incidencia, se registraron 3.764 eventos de EC durante un seguimiento medio de 7,88 años. En el análisis de mortalidad, se registraron 593 muertes durante 7,77 años de seguimiento. En total, el 48,46% de la población sin EC y el 30,51% de los pacientes con EC cumplieron la duración recomendada de AFMV. Cabe destacar que las mujeres quedaron rezagadas respecto a los hombres tanto en intensidad como en duración.
Un aumento de 30 minutos/semana en AFMV se asoció con menor riesgo de EC, especialmente en mujeres. Los hombres físicamente activos que cumplían las recomendaciones estándar tuvieron una tasa de incidencia de EC de 703,53 por 100.000 personas-año, frente a 1.143,62 en los inactivos. De manera similar, las mujeres activas mostraron una tasa de 249,16 frente a 519,28 en las inactivas.
Hombres y mujeres que cumplían las recomendaciones estándar experimentaron una reducción relativa del riesgo de EC del 17% y 22%, respectivamente, con un patrón similar para quienes cumplían la recomendación extendida. Para la mortalidad, cumplir la recomendación extendida de 300 min/semana no se asoció significativamente con menor riesgo tras el ajuste multivariable.
Los hombres necesitaron 530 min/semana de AFMV, mientras que las mujeres solo 250 min/semana para lograr una reducción del 30% en el riesgo de EC. Un aumento en el número de días cumpliendo las recomendaciones diarias se asoció con menor riesgo de EC.
Cada día adicional cumpliendo las recomendaciones estándar se asoció con una reducción del riesgo de EC en ambos sexos. El análisis de mortalidad mostró efectos protectores de la AFMV en ambos sexos. Entre las mujeres con EC, solo 340 cumplieron las recomendaciones estándar, con solo seis muertes registradas. Sin embargo, ocurrieron 111 muertes en mujeres con EC que no cumplieron las pautas.
De manera similar, los hombres con EC mostraron beneficios atenuados, con tasas de mortalidad más bajas en quienes cumplían las pautas. Los hombres con EC necesitaron 85 min/semana y las mujeres con EC 51 min/semana de AFMV para lograr una reducción comparable en el riesgo de mortalidad. Cada día adicional cumpliendo las recomendaciones estándar se asoció con una reducción relativa del riesgo de mortalidad del 15% en mujeres y del 8% en hombres.
Se advierten las limitaciones del estudio, pues sus autores enfatizaron que la población era mayoritariamente blanca y con estilos de vida más saludables, por lo que los hallazgos pueden no ser generalizables. El análisis de mortalidad involucró una muestra relativamente pequeña y, al ser un estudio observacional, los resultados muestran asociación, no causalidad.
En resumen, los hallazgos indican disparidades sustanciales en los beneficios clínicos de la Actividad Física sobre la incidencia de Enfermedades Coronarias y la muerte. Las mujeres necesitaron menos AFMV que los hombres para lograr una reducción comparable en el riesgo de EC y mortalidad. Los resultados destacan el potencial de recomendaciones específicas por sexo para la prevención de EC.
